Origen histórico de la moral



Si se asume que la moral es un hecho social, es decir que ha estado presente cada uno de los mementos de la historia del hombre, independientemente del tiempo, la geografía, la cultura, etc., es decir, desde que el hombre vive en comunidad la regulación de su conducta moral ha sido necesaria para el beneficio de todo el colectivo.
En una mirada al pasado, se pueden encontrar pueblos, a lo largo de la historia, que no tuvieron un lenguaje escrito o no conocieron monedas, pero un  pueblo  sin  regulaciones  morales nunca, aunque no fuera de manera sistemática. Estas regulaciones han tomado diferentes formas; códigos, costumbres, máximas, dichos, refranes, cuentos leyendas, consejos, advertencias, proverbios, parábolas, etc.

En el caso peruano, bastan unos pequeños ejemplos para demostrar, como una proposición moral se encuentra presente en los dichos y refranes que se utilizan de manera coloquial.

Dichos y refranes
Comentario moral

“Cómanse los nísperos y no atropellen el cacaste”
Es un llamado de atención que se dirige a un individuo para que alcance los beneficios que desea, pero siempre que no impliquen un menoscabo o abuso del benefactor.

“Machete, estate en tu vaina”


Le indica a una persona que  no  debe  intervenir en algún asunto o conversación ya que no es su incumbencia.

“Gallina que como huevo aunque le quemen el pico”

Sirve   para   referirse   a una  persona  que reincide en una conducta inapropiada, aunque ya se  le  haya  hecho mención sobre la misma.
“Paciencia piojo que la noche es larga”

Se usa para recomendarle a una persona que tenga paciencia
“Ya va a ir con el pito y el tambor”
Cuando de una persona no se espera reserva porque acostumbra a repetir todo lo que oye.

Seguramente, la mayoría que lean el contenido del cuadro anterior, si son jóvenes, a penas  y alcanzaran a distinguir dos de los dichos y refranes presentados, esto principalmente debido a que las normas concretas, efectivas, se suceden y desplazan unas a otras. Por lo tanto, la moral es un hecho histórico, y por tanto, la ética, como ciencia de la moral, no puede concebirla como algo dado de una vez y para siempre, sino que tiene que considerarla como  un  aspecto  de  la realidad humana que cambia con el tiempo (Sánchez Vásquez, 1998, pág. 33). Algunas veces de manera acelerada y en otros periodos, casi imperceptible.
Como afirma Ibarra Barrón (1998, pág. 39), determinar el origen de la moral resulta una empresa imposible. Decir cuándo apareció, cómo surgió, cuáles fueron sus primeras características, resulta una labor que nos llevaría a los mismos orígenes del ser humano.

Pero volvamos a lo que se planteaba al inicio de este apartado, desde que el hombre vive en comunidad… ¿cuándo comenzó a vivirse en comunidad? La comunidad más simple es la que forman dos personas y cuando éstos establecieron una relación, ya sea de caza, pesca, recolección, sexual, etc., descubrieron los beneficios que le aportaban  a  ese  pequeño  colectivo. Con la repetición de conductas beneficiosas, aparecieron las primeras costumbres, cuando estas se norman por medio de diversas reglas de comportamiento para regular la conducta individual en beneficio del colectivo, entonces se puede decir que aparece la moral.

Así lo ve también Ibarra Barrón (1998, pág. 39) cuando dice que

“En  la  medida  que  se  generó  la interacción de unos grupos de personas con otros, la modificación en la manera de apreciar y valorar los actos cambiaron, adecuándose a las nuevas necesidades, de esa manera y en lo sucesivo hasta nuestros  días,  engendrándose  la moral, como parte del devenir histórico – social de la humanidad”.

2.  Desarrollo histórico de la moral.

Como afirma Guisán (1995, pág. 31) la moral no se acaba ni se pierde. Los hombres y la sociedad no pierden una moral, sino una forma determinada de concretarse  la  moral,  ya  que  ésta consiste en múltiples manifestaciones que cambian con las circunstancias temporales, sociales, políticas, económicas, educativas y de muy variada índole. De esta forma se van concretando a través del tiempo diversas  formas  en  que  se  vive  la moral. En este sentido es más apropiado hablar de periodos en que la moral sufre de transformaciones aceleradas, y de otros períodos en que dichas transformaciones y mutaciones y mutaciones que se llevan a cabo de forma apenas perceptible dada su lentitud. Al respecto, suelen distinguirse los periodos siguientes.

2.1.    Moral Primitiva.

Es  la  moral  que  comienza en los albores  de  la  humanidad. En ella impera el colectivismo que borra todo individualismo: las distintas actividades que se realizan en común por los integrantes del clan, la tribu: recolección de alimentos, pesca, caza, construcción de viviendas, etc.

“con su trabajo, los hombres primitivos tratan de poner la naturaleza a su servicio, pero su debilidad   ante   ella   es   tal   que, durante  larguísimo  tiempo,  aquélla se  les  presenta  como  un  mundo extraño y hostil. La propia debilidad de sus fuerzas ante el mundo que les   rodea,   determina   que   para hacerles frente y tratar de dominarlo agrupen todos sus esfuerzos con el fin de multiplicar su poder” (Sánchez Vásquez, 1998, pág. 35)

La moral primitiva es consuetudinaria, se mantiene por la fuerza de la costumbre y se basa en la ayuda mutua.

2.2.   Moral en la antigua clásica

Tras el desarrollo de la agricultura, la ganadería y los oficios manuales se generó el aumento general de la productividad del trabajo, ello  se solidificó con la fuerza de trabajo que proporcionaban los esclavos. En esta nueva condición, surge la desigualdad de bienes y de clases. Con la desigualdad de bienes se hizo posible la apropiación privada de los bienes y productos del trabajo de otros, así como los antagonismos entre pobres y ricos. (Sánchez Vásquez, 1998, pag. 98)

Corresponde a este período la moral de la cultura grecorromana, en el s. V a.C., hasta los inicios del cristianismo y se caracteriza por una aceptación de la esclavitud y la propiedad privada y el  menosprecio de  la  mujer, por ser considerada inferior.
La moral imperante es la desarrollada por “el grupo” de los hombres libres, cuyas  virtudes  tienden  a  exaltar el espíritu cívico: fidelidad al Estado, el heroísmo  y  el  valor  mostrado  en la guerra, la fiel observancia de las leyes y otros. (Lazarrini Nuñez, 2003)

2.3.   Moral de la sociedad feudal

Entre los siglos V – VI surge una nueva sociedad cuyo régimen económico  social se caracterizará por la división en dos clases sociales: la de los señores feudales y la de los campesinos siervos. La moral que en esta época se desarrolla, responderá a los  elementos  anteriormente  citados de economía y sociedad, pero se les agregará también el aspecto religioso, no hay que olvidar que el cristianismo como tal se ha institucionalizado, principalmente a partir del siglo IV d.C.

Durante este período, surge una ética autoritaria, una nueva moral en la civilización occidental, subordinada a la religión cristiana, la religión como la suprema legisladora de la moral, religión que enseña la transcendencia del hombre, cuyo fin supremo es Dios.

Esta región aconseja el ascetismo, la soledad, la penitencia, la represión de los instintos, el castigo del cuerpo. No se   evidencia   un   interés   en   la riqueza  ni  menos  en  una  lucha contra la pobreza,  entendida como una preocupación más bien materialista que espiritual, predica con fuerza los valores espirituales, un  premio  en  la  otra  vida  y una resignación ante la miseria    e injusticia   social   en   pos   de   un premio  en  el  más  allá  (Lazarrini Núñez, 2003).

Tal  como  afirma  Sánchez  Vásquez (1998, pág. 41), existe una pluralidad de códigos morales, a saber: códigos de los nobles o los caballeros con su moral caballeresca y aristocrática; códigos de las órdenes religiosas con su moral monástica; códigos de los gremios, códigos universitarios, etc.

2.4.   Moral en la sociedad moderna

Tras la crisis de la edad media, que según algunos historiadores sobreviene a mediados del siglo XIV d.C., se gestaron nuevas relaciones sociales a las que correspondieron una nueva moral. El surgimiento de la burguesía, poseedora de nuevos y fundamentales medios de producción y de una clase trabajadora (hombres y mujeres libres que por un salario vendían o alquilaban –durante una jornada- su fuerza de trabajo), junto a los movimientos sociales que reinvidicaron el mercado nacional único y un Estado centralizado surge una nueva concepción de moral.

La  sociedad  moderna  se  caracteriza por un individualismo exacerbado que cobra expresión en una ética utilitaria. Todo lo que es útil es bueno. El hombre, es considerado exclusivamente como ente económico, es decir, como medio e instrumento de producción. Este principio de la utilidad no se circunscribe al bien social, sino que su significado radica ahora en el deseo de padecer un apetito individual (lo que es útil para mi).

Frente a la moral de la Edad Media, decididamente religiosa, la moderna asiste a una decadencia de la fe. Existe el afán de crear una ética racional, independiente de la religión, de sacudirse la ética autoritaria.

La modernidad reconoce como virtud la acumulación de dinero. Las relaciones humanas giran en torno al afán de riqueza.  El espíritu capitalista comienza advertirse ya hacia fines del siglo .XV d.C. El objeto principal de la acción humana es la búsqueda de la riqueza y esto repercute en la moral: engaño desigualdad social, explotación etc. Por ejemplo:

Entre las virtudes más estimadas de la sociedad burguesa están: la honradez, el trabajo (antiguamente propio de esclavos y siervos), fidelidad conyugal, patriotismo etc.

La valentía y el arrojo, virtudes de antaño, fueron sustituidos por las virtudes de la escrupulosidad en el cumplimiento  de  los  contratos,  el ahorro y la astucia de los negocios.
Del mismo  la moral capitalista se hace ver por la confianza en sí mismo, el sentido práctico, la veneración por el comercio y por la acción benéfica de las leyes de libre mercado y de la filosofía del éxito.

Por    lo   tanto   las virtudes más deseadas son: el sentido del ahorro, el aprecio al trabajo (laboriosidad)la honradez, y la escrupulosidad en el cumplimiento de las obligaciones contractuales.

En  este  período,  lentamente  la ciencia reemplaza a la religión y se convierte en el factor principal de la nueva mentalidad humana. La curiosidad intelectual y la confianza en uno mismo, de ser totalmente dejadas de lado en la Edad Media, ahora pasaron a ser virtudes sobresalientes (Lazarrini Nunez, 2003)


Se pasa, como diría Sánchez Vásquez (1998, pág. 44), de un método brutal de explotación a otro más científico y racional: la línea de producción o trabajo en serie; con ello se elevan un poco las condiciones de trabajo y vida de  las  personas que  laboran en  las factorías. Últimamente agrega, se ha pasado a otras formas de pretendida humanización o moralización del trabajo, donde se afirma reconocer al individuo como persona, como parte vital de la empresa.

3.  Evolución social de la moral.

El aspecto que mejor caracteriza a la moral es su carácter social, esto lleva a  asumir a la moral como un producto de  la  evolución  social  del  hombre, donde responde a necesidades particulares y desempeña una función específica en ella. La moral sólo se ha desarrollado en el hombre, por tanto, se  encuentra ligado a  las facultades relacionales y racionales de éste, por ello  se  puede  decir  que  es  en  sí misma, un fenómeno social.

En cualquier sociedad, como dice Sánchez Vásquez (1998, pag. 59). Las personas asumen determinados hábitos, costumbres, tradiciones, leyes, normas, principios y valores a los que por lo general se subordinan y a partir de los cuales rigen su vida en sociedad. El hombre nace en un contexto determinado, en un momento específico de la historia, donde estos hábitos, costumbres, normas y valores se encuentran inconados, dejando a la razón y a la voluntad el adoptarlas de tal manera que se conviertan en los principios rectores que dirijan la vida de éste en sociedad.

Un elemento que nos permite visualizar aún más la evolución social de moral estriba en que el origen del actuar moralmente, radica en encontrar el “término medio” entre lo personal y lo social, entre lo individual y lo colectivo. En este sentido, cada persona desarrolla sus propios intereses, los que no necesariamente coinciden con la sociedad persigue, obrar moralmente implicaría  hacer concordar unos con otros. Al respecto Sánchez Vásquez (1998, pag. 59) afirma que 

“incluso cuando se trata de la conducta de una persona, no estamos ante una conducta completamente individual que solo afecte o interese exclusivamente al que la efectiviza. Se trata de una conducta que tiene trascendencia de una u otra forma hacia los demás, y que, por esta razón, es objeto de aprobación o reprobación de la sociedad”.

3.1.          Función social de la moral
Parafraseando a Sánchez Vásquez (1998, pág. 59), se puede decir que la función social de la moral consiste en regular las acciones de las personas, en sus relaciones mutuas, o las de la persona con la comunidad, con el fin de preservar a la sociedad en su conjunto o a la integridad de un grupo social  en  particular,  con  lo  que  se asegura el mantenimiento de un determinado orden social. Aunque el orden  social también se mantiene mediante el derecho y las regulaciones del estado, pero, mediante las normas  morales se persigue una integración de las personas en forma más profunda e íntima, por convicción personal, consciente y libre.

4.  ¿Qué es la moral?

La   palabra   moral   viene   del   latín moralis y del griego mos, relativo a las costumbres. Se entiende como el conjunto de normas, usos y leyes que el  hombre  percibe  como  obligatorias en conciencia. Su estudio es objeto de la ética (Diccionario de filosofía Herder, 1998)

Ese conjunto de normas, usos y leyes que son prescritas por la sociedad a la que pertenece la persona y su obligatoriedad de conciencia (aceptación libre y con conocimiento; busca hacerlo responsable ante sí mismo y ante la sociedad que las establece. En este sentido, la moral puede ser entendida como el conjunto de normas, usos, leyes o costumbres (mores) establecidas por la sociedad, que  rigen  la  conducta individual  y social de los hombres.

Según Escobar Valenzuela (2001, pág. 40), existen algunos elementos que pueden destacarse del concepto de moral: ésta contiene, ante todo, un conjunto de normas, sin las cuales no es  posible  concebirla.  Estas  normas tiene como propósito regular la conducta del hombre en la sociedad; además,        deben ser realizadas en forma consciente y libre, e interiorizadas por el sujeto; mediante ellas, el individuo pretende llegar a realizar el valor de lo bueno.

5.  Moral y moralidad

Un hecho innegable es la existencia de un conjunto de conductas y realizaciones humanas que están afectadas por el carácter moral, estas se reconocen como el “hecho moral”, que se ha sucedido históricamente a través del tiempo, tal y como se ha citado anteriormente.

  Si retomamos los conceptos acuñados de moral, se percibirá con facilidad la existencia de dos planos o niveles de la moral: uno teórico – normativo y otro fáctico – efectivo o real. Es decir, uno referido al “deber ser” (ideal) y otro al “ser” (real), o lo que es lo mismo al “deber hacer” y al “hacer realmente”. Al primero de estos planos o niveles, estaría referido el concepto de moral, mientras que el segundo, el de moralidad

La “moral” designaría el conjunto de principios, normas, imperativos o ideas morales de una época o una sociedad, en tanto que la “moralidad” haría referencia al conjunto de relaciones efectivas o actos concretos que cobran un significado moral con respecto a la moral dada (Sánchez Vásquez, 1998, pág. 57).

6.  Ética y Moral

A pesar de la sinomía de los términos latino “ethos” y griego “mos” el desarrollo histórico de la filosofía práctica los distingue.

Tradicionalmente, el término moral se utiliza para referirse al conjunto de reglas, normas, mandatos, tabúes y prohibiciones que regulan y guían la conducta humana en la vida cotidiana, así  como  las  normas  internas  que rigen al sujeto. En términos generales, la moral se asocia con el contenido de las normas, los juicios de valor, las instituciones morales: la moral vigente, se encuentra en el nivel de lo fáctico.

En  cambio  la  ética,  como  lo  afirma Carvajal (o.c. Eso que llamamos ética):



Por esta razón, también se la denomina moral pensada. La ética es pues aquella disciplina que indaga  sobre la finalidad de la conducta humana, de las instituciones sociales y de la convivencia en general. Es una investigación filosófica sobre el conjunto de problemas relacionados con la acción. Además reflexiona sobre el lenguaje moral: es teoría. Por otra parte. La ética tiende a ser universal por la abstracción de sus principios. 

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